Y es que cada vez te echo más de menos,
o menos de más, yo que sé,
y sigues diciéndome cosas bonitas
y yo sigo parándome entre cada lunar tuyo para coger aire de mis lágrimas
pero sigo
y me ahogo
y me ahogo,
y sigue la luz, pero la tuya, que es la única que me alumbra
porque la de las farolas es alta como la luna,
que ya no crece ni mengua ni saluda ni contesta,
y aún así tú te sigues volviendo mi lobo,
sin caperucita fetichista,
porque tú prefieres mi desnudez y siempre dices que el rojo no me sienta bien
y si me sienta mal entonces le espantas
y ya me siento bien,
sobre todo cuando tú te sientas al lado mío,
y sigo
y sigo
¡Hola! Me gusta tu blog. Yo también tengo uno, ¿te importaría pasarte y si quieres nos seguimos? :3
ResponderEliminarEs http://voragineinterna.blogspot.com.es/2014/04/desconocidos.html
¡Un beso, nos leemos!