Yonkie del dolor

Frío, es lo único que queda, lo único que nunca se ha atrevido a dejarme sola.
Nunca había sentido este frió, me recuerda a los besos que imaginaba tuyos. A los días que me mirabas a escondidas, oh, que frío tan amargo. Duele tanto que ya no siento los latidos del corazón.

Creí que te había olvidado, pero por el simple hecho de creérmelo nunca deje de pensarlo.

Eso es lo que pensé antes de encontrarme con el, o de que él me encontrara a mi, en aquel banco de recuerdos que desean ser olvidados, esperando volver a ver pasar al tiempo.
Él era una de esas personas que nunca se recuerdan, pero que siempre están ahí; que quieres volverle a escuchar hablar, pero sin tener que contarle nada, sin querer escucharle preguntar. Una de esas personas barrocas de las que ya pocos quedan.
Empezó a hablar, pintando su voz de dolor, manchándome en cada exilio de palabras ensangrentadas.

-No has encontrado muchos caballeros en tu vida.

Siguió hablando, habló tanto que olvidé lo que decía, que olvide qué hacía allí. Olvidé quién era yo, quién era él, y quién era el extraño por el que lloraba.

No tardé mucho en vomitar las esperanzas que él me hizo tragar durante todos estos años, en esos veranos de sol frío y baños de falsa esperanza.
Ahora ya solo huelo a espíritu adolescente que se perdió el ultimo fin de semana de verano.

Dejé de tirar la toalla. Se la di a la vida, que se joda ella y me deje a mi tranquila. Yo ya no sufro, disfruto.



1 comentarios:

  1. Increíble el texto ♥ La redacción es perfecta, y los juegos de palabras que haces, sencillamente preciosos. Solo puedo decir una cosa: me ha encantado. Espero poder leerte pronto de nuevo :) Un besito ~

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